google.com, pub-3838220590989262, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Sólo La Biblia: Los Doce Apóstoles (Tercer Parte)

Los Doce Apóstoles (Tercer Parte)

La vida de los Apóstoles

Pedro y Andrés, dos hermanos, los dos eran pescadores; a uno de ellos, el Padre le revela que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y por ello sería llamado "Cefas o Petrus" piedra. Andrés, discípulo de Juan Bautista recibió la fe primero. Ellos son dos formas de ver a Cristo en un pescador de hombres. Pedro estaba casado, sabemos de la sanidad de su suegra, seguramente tendría hijos y llevaba una vida normal y humilde. Andrés recibe la fe pero Pedro recibe además la revelación. La Piedra de la fe es Cristo, como nos enseña el propio Pedro, a quien la iglesia de Roma convirtió en vicario o representante de Cristo en la tierra. El cristiano ha de discernir esto con claridad, pues como el propio Pedro explica en su epístola, no es él la piedra de la fe. La Iglesia se edifica sobre la fe en Cristo.

Pedro anda sobre el mar, y aunque se hunde es valiente, pero el Señor le mostrará que su fe es débil; sí, la fe de aquel que era el ejemplo de una fe revelada se hundía, porque dudó. Tendría que ir con los demás hermanos en la barca. Andrés también iba en la barca. Él estaba siempre pendiente de los discípulos y de las profecías sobre la venida del Señor; es quien le pregunta cuando sucederían, Su venida y la destrucción del templo. Cuando Jesucristo se mostraba en situaciones de mayor profundidad tenía a tres discípulos escogidos: a Pedro, Jacobo y Juan; y Andrés sería el que mantendría al Señor al corriente de la congregación de los Apóstoles, como refleja Juan 12:22. Andrés era discípulo de Juan Bautista, representa la experiencia espiritual, el conocimiento de las profecías, la ley y la religión, aunque deja todo y sigue al Mesías, no lo hace del modo que lo hace Juan.

Las tres veces que Pedro niega a Jesús, Marcos 14:26, serían confrontadas por las tres veces que Jesús le preguntaría: ...¿me amas más que éstos?... Juan 21. Su negación tres veces, vista en nosotros, nos advierte de situaciones de persecución, incluso de muerte en las que debemos ser valientes y orar por ello, similares a la que se enfrentó Pedro cuando fue reconocido como uno de los discípulos en el arresto del Señor. También se refleja su constante necesidad de confrontar tres veces las cosas cuando es invitado por el Señor a comer animales inmundos que él había santificado, en la visión del lienzo, en referencia a Cornelio el centurión. Hechos 10:16. El Señor usa de paciencia con Pedro, como un buen padre con un hijo a quien le cuesta cumplir las cosas, y difícil de convencer, pero que una vez que lo ve claro, las cumple y el resultado es firme y determinante. El Padre le dio la revelación de que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y estas circunstancias y características suyas no lo impidieron. Nosotros, del mismo modo somos bendecidos por Dios, aun con nuestras limitaciones y defectos, y hacemos y haremos cosas grandes de Dios, por nuestro corazón volcado hacia Dios, hacia la Iglesia, hacia el prójimo y por nuestra fe. Para profundizar más puede leer Apacienta mis ovejas.

Juan y Jacobo o Santiago, otros dos hermanos, hijos de Zebedeo; otros dos pescadores de hombres. Llamados por Jesucristo los Boanerges, -hijos del trueno- seguramente por su carácter. Curiosamente el carácter de estos dos hermanos en su fuerza se convierte en el amor y en la piedad, las cuales han de ser en nosotros dos truenos. Otras dos experiencias de una misma procedencia, en nosotros mismos. Juan es el discípulo amado, el que recibe la cercanía de la mayor revelación del corazón de Cristo. Él estaba con Jesús cuando fue arrestado, no se apartó de Él, fue el único que se mantuvo a su lado, aquí y en la Cruz, y era conocido del sumo sacerdote, lo vemos en la narración del interrogatorio en el patio de Anás, Juan 18:15. Además era el más joven, el más niño, y por ello el que más recibe del Reino de Dios. ¡Hagámonos como niños!. La madre quería que estuviesen en eminencia Mateo 20:20-21, y era parienta de María la madre de Jesús. No debemos ponernos en primer lugar. Juan estaría junto al Señor ante la Cruz, y cuidaría de María, y a ella le dejaría su hijo Jesús a Juan en su lugar, para consolarla. Juan, el discípulo amado tenía un corazón más dispuesto al Señor, y es por ello que recibe las más increíbles y profundas revelaciones y enseñanzas del Señor. Ningún otro autor inspirado por el Espíritu Santo recibió tanto en dos campos tan distantes como el espiritual y el profético. Su evangelio, el más profundo y directo al corazón, y Apocalipsis, la mayor revelación profética, digna de un hijo del trueno. Esta  sea nuestra actitud ante Dios. Seamos pues hijos del trueno y de la alabanza, una alegoría del bautismo en Espíritu Santo y fuego, Mateo 3:11. Su hermano Santiago o Jacobo, es uno de los tres privilegiados que estaban en los acontecimientos más relevantes del Señor. Sufriría el martirio a espada por orden del rey Herodes. Hechos 12:2, fue así el primero de los apóstoles en sufrir el martirio. Su carácter piadoso a la vez que impetuoso como su hermano Juan les haría discípulos transformados por el Espíritu.

Felipe le pide a Jesús: ...muéstranos al Padre y nos basta, Juan 14:8... Aunque parezca contradictorio y una muestra de impaciencia, Felipe en el desconocimiento, falta de visión o revelación en el momento que le pregunta a Jesús sobre el Padre, nos muestra su paciencia en la profundización de la enseñanza de Jesús. Él espera a ser enseñado, es paciente para con el Señor. Esta ha de ser una de nuestras cualidades del carácter, la paciencia, aunque no comprendamos muchas cosas, debemos esperar en el Señor a ser enseñados por Él, el verdadero Maestro, a través del Espíritu Santo.

Bartolomé es vinculado por muchas fuentes con Natanael de quien el Señor dijo: ...he aquí un verdadero israelita en quien no hay engaño... Si bien la capital espiritual de Israel es Jerusalem, sabemos que salem es paz. Salem es el nombre antiguo y lugar del encuentro entre Abraham y Melquisedec "Cristo" Génesis 14:8. Un verdadero israelita es portador de paz, carácter que nos muestra este apóstol.

Mateo o Leví, el publicano o recaudador de impuestos de Roma, autor del evangelio que lleva su nombre. Leví deja su oficio en el acto y sigue al Maestro y le invita a su casa a comer. Desde luego no se puede pedir mayor determinación a un hombre, cambio y rapidez. La buena voluntad de Mateo procede de la virtud, cualidad ésta que en nuestro carácter hará que nos determinemos con firmeza en el Camino del Señor y en nuestra función en Su Iglesia.

Tomás, o Dídimo, mellizo, famoso por su incredulidad; las dudas del cristiano, la falta de fe en muchos momentos de la vida. Pero sería su bondad la que haría que su entrega a Jesús fuera definitiva. Estaba dispuesto a morir con Jesús cuando el Señor quería regresar a Judea, Juan 11:7. La bondad supera a la incredulidad, pues la fe es un don de Dios, pero la bondad procede del corazón, y el corazón bueno gana la bendición de Dios. Dios da fe a los de buen corazón, pues Él pesa los corazones. Lo malo es aquel que es incrédulo y de corazón malo, aquellos que maquinan el mal en su corazón, esos son desechados por Dios. Su confesión al ver a Jesús resucitado y poner su mano en su yaga y en sus manos, es famosa: ...Señor mío y Dios mío... Juan 20:28.

Jacobo o Santiago hijo de Alfeo llamado el menor, para diferenciarlo del hermano de Juan. Alfeo en griego y una traducción del arameo Cleofás, Lucas 24:18, también posible padre de Mateo, Leví, Mateo 2:14, aunque no se les menciona como hermanos a Mateo y Jacobo en los Evangelios expresamente. Cleofás era esposo de María, madre de Jacobo, además de José y Salomé, Marcos 15:40. No sabemos con certeza sobre la obra de Santiago, pero la fuentes indican que sería el que menciona Pablo como hermano del Señor, Gálatas 1:19, sea hermano o primo, es desde luego una familia en la que sin duda abunda la mansedumbre. La tradición le hace el Santiago que escribiría la carta que lleva su nombre y el primer anciano, obispo o patriarca de Jerusalén, aunque otros dicen que no sería posible por oponerse a Jesús al principio y porque no creyó en Él hasta Su resurrección. Santiago fue quien concluyó con las normas morales para la gentilidad en el primer concilio de Jerusalén, Hechos 15: 19. En dos ocasiones nos habla en su carta de la mansedumbre, 1:21 y 3:13, y usa el método de enseñanza de las bienaventuranzas de Jesús en 1:12 sobre. Sean pues ...Bienaventurados los mansos... Mansos como un cordero.

Simón el cananista o el zelote. Los zelotes son un partido patriota que hoy podría identificarse con algún partido político en defensa de la tierra prometida de Canaan por Dios al pueblo de Israel. Siendo seguramente también de Caná, no es de extrañar que pudiera ser de familia o influencia de los defensores Judíos en contra de la ocupación romana, un movimiento prácticamente extinguido en tiempo de Jesús. Su conversión sería para él una prueba de su cambio profundo de pensamiento por el Espíritu. El dominio propio o templanza.

Judas Lebeo o Tadeo. Leb es la raíz hebrea de corazón, seguramente por su buen corazón y Tadeo es una derivación de todah, alabanza. Sin duda es el gozo el carácter que vemos en este Judas.

Judas Iscariote, de Judá, el traidor asociado a los miembros del sanedrín, y los sacerdotes de la Ley. Judas Iscariote es la religión, la tradición, la tribu de Judá la cual traiciona a su propio Mesías. El tesorero, que amaba el dinero y robaba de la bolsa del Señor hasta tal punto llego su codicia que fue cegado por el diablo, se enojó cuando María ungió al Señor con el perfume de gran precio, hasta llegar a entregar al Señor por dinero. ...raíz de todos los males es el amor al dinero... el cual codiciando algunos se apartaron de la fe. 1Timoteo 6:10. Judas es de Judea, de tierra de Judá, los demás son de Galilea. Jesús es de la tribu de Judá. Al salir Judas del aposento alto quedan los verdaderos discípulos apóstoles. No tomaré de él ninguna cualidad de carácter como es lógico, pues vivió en la avaricia, el robo y la traición. Su soberbia le impidió pedir la misericordia divina.

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